EL CIRUELO (CUENTO POPULAR)
Era un hombre algo bruto que tenía un campo con un ciruelo que no
daba fruto y lo cortó. Un cura que pasaba por allí le pidió un poco de
madera para poder hacer a San Sebastián pero con la condición de que,
una vez terminado el santo, tenía que ir a la iglesia a decir unas palabras.
El hombre, con la madera que le quedó, le hizo un pesebre al burro.
Cuando llegó el día en que tenía que ir a la iglesia se puso al lado del
cura y mirando al santo dijo:
- Hermoso San Sebastián, del pesebre de mi burro eres hermano
carnal, en mi campo te criaste, el fruto nunca te vi, los milagros que tú
hagas que me los cuenten a mí.
Recogido por Marcos Martín Ramírez de su abuela Emilia
La Lapa, noviembre de 2014